miércoles, 28 de noviembre de 2012

Hay alternativas, también en el Sector Privado

O DE CÓMO DESPEDIR A MEDIA PLANTILLA PARA SUBIRME EL SUELDO


La crisis nos ha dado de bruces con un viejo pero renovado estilo de hacer política: el de la inevitabilidad.

"Es lo que hay que hacer", "Es irremediable" y algunos parecidos son los irrefutables argumentos de peso para justificar y legitimar las "duras decisiones" que el Gobierno "debe tomar". Pero este mantra de la inevitabilidad, casi de la Divina Providencia, no es coto exclusivo del poder Público, sino que también campa a sus anchas en los señoríos del sector Privado.

Así, mientras en los grandes medios de comunicación, tertulianos, comentaristas y demás nos invitan a "apretarnos el cinturón", Gobierno y empresarios fuerzan la hebilla.

Desde el Sector Privado los numerosos EREs y despidos masivos quedan inapelablemente justificados por "la difícil situación económica" porque, "con la que está cayendo" todos "tenemos que remar en la misma dirección y hacer esfuerzos". Normal, "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades".

Utilizando este lenguaje, oportunamente acomodado en las seseras de la ciudadanía a través de los grandes medios de comunicación, insivisibilizan el discurso de las alternativas. Pudiendo legalizar la economía sumergida, previo pago de un peaje del 10%, ¿para qué luchar contra los grandes defraudadores y los paraísos fiscales? Pudiendo regalar a nuestros amigos el negocio de la salud y la educación ¿para qué vamos a reducir el gasto militar y la subvención a los centros privados? 

El Sector Privado aprende e imita. Juan Luís Cebrián, presidente de El País, toma "la dolorosa decisión" de despedir a 129 trabajadores. No por gusto, sino porque "no podemos seguir viviendo tan bien". Juan Luís Cebrián cobra 13 millones de euros anuales. Suponiendo 2.500 € de sueldo a cada uno de los trabajadores rechazados, pagas extra incluídas, la empresa se ahorraría unos 4,5 millones de euros: un 35% aproximadamente del sueldo del gran jefe.  ¿Podría vivir una persona con 8,5 millones de euros anuales para que 129 no vivan con 0? ¡Y no se incluyen los salarios del resto de la Alta Dirección! 

Vámonos a la banca. Siguiendo un recomendabilísimo estudio de CCOO, podemos comprobar que las decisiones económicas de los individuos son bastante lejanas a lo racional. El total de remuneraciones de la Alta Dirección del Banco Santander -46 personas- ascendía a 101 millones de euros en 2010. Entre 2004 y 2010 se redujo la plantilla de trabajadores en un 6%, lo que equivaldría a unos 43 millones de euros. Durante ese mismo tiempo, la remuneración de la Alta Dirección aumentó en 37 millones de euros. ¿Son decisiones de eficiencia económica o estrategias de distribución de la renta en favor de quienes detentan el poder? 

El caso del BBVA es similar: 4.000 trabajadores menos y 18 millones de euros extra para las 25 personas de la Alta Dirección. En Caja Madrid, hoy Bankia, el caso es sangrante, pues si bien aumentaron su plantilla en un 8%, los emolumentos de la Alta Dirección aumentaron en un 122%.


Seamos serios. ¿Qué economía queremos? Si queremos una economía en la que el ingreso esté equitativamente distribuído, los productos y servicios sean de calidad y pensados en el usuario, tenemos que huir de este modelo. Mientras lo producido por estas empresas se distribuya mayoritariamente entre el capital (propietarios) y los trabajadores de la alta dirección en detrimento del grueso de los trabajadores, no podremos aceptar la racionalidad del individuo en la toma de decisiones económicas. ¿Para cuándo un salario máximo que frene este sinsentido? ¿Quién ha vivido y vive "por encima de sus posibilidades? ¿Para cuándo la prohibición de EREs en empresas con beneficios y con aumentos en los sueldos de la alta dirección? ¿Para cuándo un sistema económico justo? Hay alternativas, también en el Sector Privado.


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